En este mundo todo está sujeto a modas, y el vino no es una excepción.

Nadie se sorprende si una temporada las botas se llevan hasta la rodilla y la siguiente no y tampoco le parece extraño a nadie que de repente haya multitud de barbas en el ambiente un día y al otro no.

Tampoco debería sorprendernos que no todo sean Cabernets, Tempranillos o Merlots.

Hay tantas variedades de uva como humores o más. En este país hay casi 100 tipos de uva distintos, y la gran mayoría son minoritarias, consideradas poco menos que de capricho, vaya.

Hay 75 variedades de uva nada más ni nada menos a las que tildan de menores, escasas, raras. Ser raro en el vino casi siempre fue bueno y le queremos dedicar este post a un tipo de uva de los escasitos, el Xarel·lo Vermell.

En lo diferente está el gusto y raro no siempre es un adjetivo peyorativo. Puede ser una forma suave y delicada de llamarte especial. Y esta variedad de uva si algo tiene, es que es especial.

Mutación del Xarel·lo, nadie se atreve a aventurar quién fue antes, si el Xarel·lo Blanco o el Xarel·lo Vermell. Sea como fuere, la piel del Xarel·lo Vermell es más gruesa que la de su homónimo blanco y eso le lleva a ser vendimiado más tarde,  y es esa misma piel más gordita la que le da un color pálidamente rosado al vino, muy llamativo y característico.

Encontramos esa pieza escasa en recuperación en la zona del Penedés, donde algunos viticultores la están reanimando, haciéndola rebrotar de sus casi cenizas de variedad de uva minoritaria o en estado de franca desaparición.

Algunas de las bodegas que están trabajando con el Xarel·lo Vermell son Loxarel, con un vino al que califican de “Blanco de Rojos“ y al que han bautizado LXV

Destaca por su color rojizo y los aromas a hinojo que da también la variedad blanca. Otra peculariedad de este vino, a parte de su variedad de uva minoritaria son sus vides, de más de cincuenta años, muy cercanas a Vilafranca del Penedés y que recogen de forma totalmente manual.

Otro vino de reciente fabricación es Sicus Xarel·lo Vermell, de las bodegas Sicus Terrers Mediterranis. Crecido a escasos metros del mar y con una producción de poco más que de 2000 botellas, este vino aporta notas de cítricos y frutas dulces, como el melocotón, y nos da una boca fresca y golosa. Este rarito rosáceo fermenta en ánforas de cerámica y  no es filtrado, por lo que podemos verle posos, lo que en la jerga del vino se llama precipitaciones. Otro plus bonus track para recomendar este vino es que viene hecho de la mano de Eduard Pié  ilustre y humilde jovenzuelo y rara avis donde las haya. Y para gente como él ser raro sí es sinónimo de fenomenal.

Y  como no solo de vino vive el hombre, aunque nos deja vivir un rato bien, preguntamos a expertos como maridarlo y nos dan una combinación que podría verse como arriesgada y es, en cambio, espectacular: los encurtidos, avinagrados y ahumados.

Así pues, será un caballo ganador en los aperitivos.

Sin complicaciones, unos berberechos en casa de la abuela, unas banderillas en una terraza o una tabla de quesos ahumados le harán la ola a esta variedad, la ola y los honores.

 

xarel.lo vermell

 

 

Si estás enamorándote de los rosados y suspiras cada vez que ves en un escaparate un rosado pálido vino francés y piensas que las normas son para cobardes…a qué estás esperando, el Xarel·lo Vermell es tu nuevo amigo y ¡hay que salir corriendo a probarlo!

Que en lo pequeño y minoritario está el gusto y eso, todo el mundo lo sabe. Y nosotros también.

¡Larga vida al Xarel·lo Vermell!