Vino blanco fácil
Nada mejor para empezar en el mundo de los blancos que con un vino fácil, que no sencillo… La vinificación es una de esas cosas que siempre se explican y causan dos reacciones: interés total o sopor del siestero. Pero el método de elaboración y la variedad escogida influyen, y mucho, en la complejidad resultante del vino. En este caso estamos hablando de una variedad «ligera»con impacto gustativo pero con aroma delicado, la Garnacha blanca, y una vinificación sin demasiados artificios: fermentación en depósitos de acero inoxidable y mínima intervención humana. Este dejar hacer al vino da un más que buen resultado: Petites estones es especialmente agradable, fácil de beber, pide conversaciones con amigos, charlas charleras y a cambio da gustillo del bueno, del de fruta y hierba seca. No hay quién se le resista: pruébalo y verás. Y por 7€, oigan.
Vino blanco salino
Seguro que habéis probado algún vino que sabe a mar. Puede que estuvierais en la playa y pensarais que era la brisa marina, puede que fuera la armonía con las gambas. La verdad de las verdades es que esta salinidad se debe, en parte, a dos ácidos: el tartárico y el succínico. El primero procede de la propia uva y el segundo de la fermentación, es decir, de la acción de las levaduras.
Es una obviedad que el vino necesita de la acidez, es uno de los elementos esenciales que lo mantiene vivo y lo hace perdurar en el tiempo. Pero esta acidez tiene que ser equilibrada. De los diferentes ácidos que pueden estar presentes en el vino, en esta maravilla de vino identificaremos la acción del ácido succínico gracias a la sensación salada que nos evoca el mar y que viene justamente de este tipo de ácido (también acostumbra a dar gustos amargos) Vora la Mar es un paisaje de playa en la boca, una teletransportación al Mediterráneo, además claro está de mostrarnos aromas propios de la fruta de hueso madura. ¡No se puede entrar con mejor pie en los vinos blancos! Lo encontraréis por menos de 10€, hecho en la DO Alella con mucho amor.
Vino Blanco muy aromático
Qué se considera una alta intensidad aromática, o dicho en llano, porque unos vinos huelen más que otros es uno de los enigmas sin resolver de aquellos que apreciamos el vino pero no somos profesionales vinícolas. Hay variedades de uva que huelen mucho más que otras, eso está claro. Algunas seducen nuestros olfatos con flores, frutas y otros aromas divinos que dan ganas de beber y beber sin parar. A estas variedades más aromáticas se les llama terpénicas, un adjetivo que significa que los aromas afrutados y florales son más acentuados e intensos de lo habitual, y son, por ejemplo,variedades como Moscatell, Riesling, Albariño, Verdejo, la inpronunciable Gewürztraminer o la Sauvignon blanc…
Como la variedad verdejo es una de las reinas del vino blanco, apreciada, admirada, querida y, sobretodo, muy muy felizmente bebida, os proponemos esta bomba de fragancias típicas del Verdejo, Villachica Verdejo, de la D.O. Rueda, apto para todos los paladares, y todos los bolsillos, lo encontrarás por menos de 7€.
Vino blanco con aromas vegetales
Un vino con aromas vegetales es muy refrescante y evocador, ¿verdad? Para experimentar con estas notas olfativas os proponemos un vino neozenlandés, para variar un poco. Brancott Estate es un Sauvignon blanc cargadito de olores vegetales, herbales, todo frescor y también tiene dulzura, frutas tropicales, ¡menuda combinación!
Estamos lanzados ya hablando de aromas y queremos explicar el porqué de estos aromas a vegetales, ¿no es raro que algunos vinos huelan a pimiento verde, espárragos o hierbas? No, no lo es. Las responsables de este «revolcón en la hierba» son las pirazinas, compuesto aromático de esos que alzan pasiones: o se odian o se aman. A nosotros nos gustan, o al menos, seguro en este pedazo de vino blanco de la otra punta del mundo. Y por no tanto, oigan: por menos de 9€ completan el viaje hasta tu casa.
Vino Blanco con barrica
En esta tierra de vinos tintos que un blanco llevara barrica era como imaginar vacas voladoras bailando un vals. Pero es posible. Y estupendo, además. Los vinos blancos con barrica se caracterizan por ser más densos en boca, más envolventes, más cremosos, precisamente gracias a la acción que ejerce la crianza en barrica sobre el vino.
Vino de la tierra de la zona de Aranda del Duero, en plena Ribera del Duero se hace esta delicatessen bebible, Peñalba López, de las bodegas Finca Torremilanos. Complejo y lleno de matices, el tiempo que pasó en barrica lo han vuelto un sofisticado. Pero no de los que se odian, sino de los que se aman. Medio Sauvingon Blanc, medio Tempranillo Blanco, con él descubrirás que un vino se puede masticar, ¡y con gusto! Su precio no es un impedimento para ponerlo en volandas sobre la mesa: menos de 10€.
Vino Blanco Atlántico
Si el Vora la Mar era una postal del Mediterráneo, este vino blanco, Finca Viñoa, es un trago de océano Altántico. Hay vinos que son embajadores de su tierra, y este es uno de ellos. Dicen los expertos que los vinos Atlánticos son más ácidos y más frescos, hijos como son de menos horas de sol y calor que los del otro lado, el Mediterráneo. Este sin duda lo es. Nos traslada a un lugar verde lleno de flores y frescores y nos llena la boca con sus sinfonías. Un día es un día y vale de largo los menos de 10€ que cuesta. Probadlo y nos decís si no es un feliz pedazo de su Galicia natal.
Vino Blanco de las Canarias
Si el clima Atlántico conforma un tipo de vinos, la geografía sin duda también. Y si a una geografía peculiar le añadimos una variedad muy local la combinación suele ser poderosa. Para tener un tour completo para wine lovers primerizos o no, hemos elegido un vino de la D.O. Lanzarote, el Malvasía Bermejo.
Sus notas florales, cítricas y envolventes nos trasladan al suave calor de las islas. Es un vino sorprendente y melódico, listo para disfrutar. Con una producción pequeña, logran un precio asequible para esta auténtica maravilla, menos de 15€ es lo que cuesta este vuelo a las Canarias.
Y nada más, esperamos que disfrutes de esta selección y, por supuesto, nos digas qué te ha parecido.
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