Hoy la emoción no puede ser más redonda y palpable en esta humilde sala virtual devota del vino. Empezamos la sección Personajes del mundo del vino con un redoble de tambores y un redoble de todo porque es una historia doblemente emocionante y con el amor multiplicado por dos.
Historias emocionantes en el mundo del vino no faltan, pero esta es además de las que molan, vais a ver. Os cuento y me decís del 1 al 10 cómo de fascinante os parece.
Hoy entrevistamos a Núria Altés, socia fundadora de la empresa Abanico Wines junto a su pareja, Rafael De Haan.
Para los que tienen la suerte de no conocerles aún (esta historia será más trepidante y fascinante si llegáis a este post sin saber de qué va aún) Núria era la Export Manager de las Bodegas Batea y su pareja, broker del mundo del vino de profesión e inquieto vinícola por devoción.
Se conocieron por y gracias al vino y juntos fundaron Abanico Wines, empresa dedicada a hacer vinos que seleccionan antes de crearlos, siguiendo la más que interesante estela en el mundo del vino. Ellos trabajan seleccionando las mejores tierras y producen los vinos que creen mejores en la zona, ayudando a los productores locales que no disponen de instalaciones propias ni recursos de marketing a venderlos.
Sí, sí, me diréis que no es nada nuevo, que es más o menos lo mismito que la famosa figura del “négotiant “. Cierto ciertísimo, pero convendréis que no es algo tan habitual en estas tierras…No me enrollo más y os dejo con la entrevista a Núria Altés, espero que lo paséis tan bien como yo con ella.
ENTREVISTA CON NÚRIA ALTÉS
¿Qué criterios seguís para elegir una tierra, cómo vislumbráis el vino que saldrá de ella?
-Empezamos el proyecto en la Terra Alta. El proyecto surgió allí y porqué queríamos hacer una garnacha blanca, y por motivos sentimentales elegimos la Terra Alta para empezar.
Siempre apostamos por las variedades autóctonas o poco conocidas y así vamos creciendo año tras año. Pero para mantener la calidad y siendo racionales, cada año nos planteamos una zona nueva y uno o dos vinos, no más.
¿Cómo surgió la idea de crear este tipo de empresa?
-Nuestro primer vino lo hicimos en la Cooperativa de Batea, era una garnacha blanca.Vimos (y creímos) que las cooperativas en ese momento no estaban puestas en el tema del marketing ni del etiquetado y decidimos hacer una marca propia con un producto propio.
En su primera vinificación nuestro enólogo introdujo nuevas técnicas de vinificación que no se usaban en la zona…como usar carbónico. Ahora es habitual pero en el momento nadie lo hacía. Empezamos sabiendo que debíamos ayudar a innovar y hacer crecer la zona con sus enormes posibilidades.
La pregunta estrella, la que te han hecho mil quinientas veces… ¿Cómo os conocisteis tú y tu marido?
-Risas y más risas- Sí, no es la primera vez que contesto a esta pregunta…
Yo me dedicaba a la exportación de los vinos de la Cooperativa de Batea y él trabajaba como broker para diferentes bodegas. Nos vimos en una feria de vino en Londres, él probó el vino AV de la Cooperativa y le gustó mucho, así que me llamó para conocer el resto de los productos…le invité a ir a la semana siguiente a una demostración en el Palau Robert en Barcelona pero él llegó tarde y siguió sin probar el resto de los vinos… así que tuvo que venir a las bodegas y ahí el flechazo fue inminente… ¡el resto es historia!
¿De quién fue la idea de montar Abanico Wines?
-Surgió. La verdad es que Rafa, mi marido, es el experimental, está siempre, como buen británico, a la búsqueda de nuevos negocios, así que salió de él pero la idea fue de los dos.
¿Cómo os imagináis en cinco años?
Pues Abanico evolucionará, y como no nos acaba de cuadrar el nombre, va a pasar a llamarse De Haan Altés, con nuestros dos apellidos, y será un poco lo mismo, continuaremos apostando por la calidad de los vinos e invirtiendo mucho en el packaging.
Nuestro nuevo proyecto es Herencia Altés. Empezamos en el 2010 y fue idea de Rafa que fuera mi apellido, ya que Altés está muy extendido en la zona y es una forma de arraigarse al territorio. ¡A mí no se me habría ocurrido nunca! desde dentro tu propio nombre no suena nada atractivo…
Los dos primeros años vinificamos en una pequeña bodega de la Terra Alta y ya en el 2013 montamos una bodega pequeña en Batea y alquilamos las instalaciones de la cooperativa de Villalba. Estamos muy contentos de contar en este proyecto con el enólogo Jaume Clua, el que fue durante 17 años el enólogo de la Cooperativa de Bot -y padre del célebre vino Llàgrimes de Tardor- y también tenemos con nosotros a un asesor del sur de Francia, Claude Gros. Es un reconocido enólogo internacional y lo que nos gusta de tenerlo con nosotros es que queríamos un enólogo familiarizado con el territorio pero con la mente abierta y él aúna ambas, supongo que por ser de fuera.
La finca tiene 20 y pico hectáreas y mira los puertos de Tortosa y el Valle de la Terra Alta, la vista es peculiar y emblemática del territorio, todo bastante idílico, os invito a verla, es bonito de verdad.
¿De qué vinos estáis más orgullosos hasta el momento?
-De los míos, ¡claro! -Risas y más risas- Siempre puedo vender un Albariño o un Ribera del Duero, pero los defiendo con la cabeza, no con el corazón. En la Terra Alta tengo las raíces, la familia, lo tengo todo. Piensa que cuando era pequeña ayudaba a hacer la vendimia y correteaba por los campos de viña…llevo el territorio dentro, esta vinculación hace que mi relación con los vinos de la Terra Alta sea muy fuerte… ¡cualquiera no los vende así!
¿Qué tienen en común vuestros vinos?
La apuesta por la variedad autóctona, intentamos ser respetuosos con el territorio de forma ancestral. Hacemos vinos con menos extracción, vinos elegantes, con buena acidez, guardando la tipicidad de la zona, cada zona tiene sus propias particularidades y así sus vinos también.
¿Cómo es compaginar los dos trabajos en Celler Batea y Abanico Wines?
-Noooo, ya no trabajo en las Bodegas Batea, entre el trabajo y los dos niños es imposible.. estoy dedicada totalmente a estos otros proyectos.
¿Cómo es trabajar con tu pareja en un proyecto que os apasiona a los dos?
-Muy chulo siempre que separes roles…si cada uno tiene su rol claro es maravilloso! Haces las cosas más divertidas juntos, como hacer viajes internaciones, pisar la tierra, visitar clientes en la otra punto del mundo… pero hay que separar y nosotros lo hemos conseguido.
Y aquí dejamos a la ocupadísima Núria volver a sus proyectos, a su cotidianidad, a sus quehaceres vinícolas…
¿No os parece bonito este empezar sobre las historias de amor en el mundo del vino?
A nosotros sí. Y doblemente. ¿De diez? Venga, va, esperamos vuestro feedback.
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