Winelover, sabemos que amas el vino en todas sus formas, pero también sabemos que hay momentos en los que el alcohol no es buen compañero. Siempre hay ocasiones en que no puedes tomarlo, sea por prescripción médica, porque tengas que conducir, porque estés esperando un bebé o en periodo de lactancia. O, simplemente, porque no te apetece o quieres disfrutar de una bebida sin preocuparte por el grado de alcohol en sangre. Pero, ¿por qué renunciar al placer de una copa de vino?

💡¿Vino sin alcohol? ¿Eso no es solo mosto?

¡Para nada! En los últimos años, el vino sin alcohol ha dado un salto de calidad impresionante. Se elabora exactamente igual que un vino tradicional, con el mismo mimo y proceso, solo que después le retiran el alcohol con técnicas avanzadas, como la ósmosis inversa.

¿Ósmosis Inversa? 🧐¿Eso qué es?

Es una técnica que permite extraer el alcohol sin alterar los aromas y el sabor, como un filtro súper fino que elimina el alcohol pero mantiene aquello que nos encanta del vino: aromas, estructura, acidez y frescura. De momento, los blancos son los que mejor resultados están obteniendo, pero la tecnología sigue avanzando, logrando cada vez más vinos sin alcohol que conservan la experiencia del vino tradicional.

Por dónde empezar

Como hemos dicho, la tecnología avanza y, aunque ya encontramos vinos sin alcohol en el mercado, no todos están a la altura de lo que entendemos como “vino”. Algunos se quedan en el intento, otros parecen zumos disfrazados, y muy pocos logran mantener ese equilibrio entre aroma, estructura y disfrute. A nosotros, uno de los que más nos ha sorprendido es el Blanc Pescador 0,0%, el primer vino de aguja sin alcohol disponible en España. Sí, con burbujitas y sin alcohol. A nuestro parecer, las burbujas son la clave: no solo aportan vivacidad, sino que refrescan, realzan los sabores y mantienen esa sensación chispeante que tanto nos gusta en un blanco joven de aguja. Es como si el vino no quisiera rendirse, aunque le hayan quitado el alcohol.

Un acierto de Celler del Pescador, una bodega con más de 50 años de historia pegada al Mar y a las mesas del Mediterráneo. ¿El truco? El mismo vino base que los Blanc Pescador de siempre, con uvas Macabeo, Xarel·lo y Parellada y las burbujas 100% naturales de una segunda fermentación en botella. Pero aquí entra en juego la ciencia y tras vinificarlo, se somete a un proceso de ósmosis inversa que separa el alcohol sin aplicar calor, y luego se reincorpora el agua junto a aromas naturales para mantener la estructura y el perfil del vino.

“El objetivo era claro: ofrecer un vino sin alcohol que no renunciara a la esencia del original”, nos explica el enólogo Antoni Madern, responsable del proyecto. “Con Blanc Pescador 0,0 nos posicionamos dentro de la tendencia que opta por el consumo de bebidas sin alcohol. Es nuestra forma de decir: tú también puedes brindar, aunque hoy no quieras tomar alcohol”.

Es perfecto para quienes buscan un vino sin alcohol placentero, aromático y refrescante. Esencia mediterránea, ideal para tomar en una terraza o acompañar tapas, mariscos y platos ligeros.

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Tendencia imparable

Y, como sucedió con la cerveza, parece que en los vinos es también ya una tendencia imparable 📈. En Estados Unidos, el consumo de vinos sin alcohol ha crecido un 27% en 2024, lo que supone un crecimiento del 88% en los últimos tres años. Y, cuando las barbas de tu vecino veas crecer… ya sabes: si una tendencia se impone en un mercado, no tarda en expandirse.

En fin, los sin alcohol se han hecho un hueco significativo. Así que no, no estás solo si últimamente te apetece más brindar sin grados y con burbujas. No es una moda pasajera ni una alternativa descafeinada: es una evolución. Bodegas como Celler del Pescador lo han entendido bien, y han sabido dar el paso sin perder ni una gota de autenticidad. Porque al final, lo que buscamos en una copa no es solo alcohol: es sabor, es experiencia, es placer.

Salud. Con o Sin. 🥂