Que sí, que nos tiramos a la piscina con una de las regiones más grandes e importantes de España: Ribera del Duero. En poco más de 40 años es hoy una referencia mundial pero, ante tantos cambios y nuevas tendencias en el sector del vino, hacía falta explorarla a fondo y analizar su futuro. Sin miedo, sin tabús. Y lo hemos hecho.
📊 + 400 encuestas: consumidores, bodegas, sumilleres, críticos y expertos del sector nos dan su opinión
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🏆 Maratón de cata a ciegas: Catamos más de 70 vinazos, organizamos rondas de 7, de 4 y de 3, formato liga, todo a ciegas… para escoger los tres mejores
Todo para explicar cómo nunca antes la DO Ribera del Duero a día de hoy. El tema da para mucho pero intentaremos simplificar. Al fin lo que buscamos es simplemente daros herramientas para saber y disfrutar más y mejor de los vinos de Ribera del Duero.
¡Despegamos! ✈️
El mejor vino de Ribera del Duero
La cata a ciega de Riberas del Duero te la explicamos en el último post. ¿Aún no te has enterado de cuál es el mejor vino de la denominación? Pues haz click aquí.
Ribera del Duero en cifras
Ribera del Duero es una DO relativamente joven. Se creó en 1982, es decir, 57 años más tarde que Rioja. Sin embargo, con solo 41 años desde su creación, los vinos de Ribera del Duero son reconocibles y mundialmente valorados, cuna de algunos de los mejores vinos del mundo. Sin ir más lejos, en Ribera del Duero se elabora el vino más caro de España: Pingus de Peter Sisseck (Dominio de Pingus). Cuesta unos 1.290 euros. Pero más allá de Pingus, en Ribera del Duero encontramos grandes bodegas de renombre: Vega Sicilia, Aalto, Emilio Moro, Hacienda Monasterio, Arzuaga, Protos, Villacreces, Pago de Carraovejas, Pesquera, Matarromera, Pago de Capellanes… Una concentración de bodegas con reconocimiento internacional en la misma región y abanderando la elaboración de vinos de élite en España, con precios altísimos (ya sabemos que en España no destacamos precisamente por elaborar vinos de precio elevado sino más bien por ofrecer una excelente relación calidad-precio). Eso ya es un éxito.
El éxito de Ribera se fundamentó en los conceptos de crianza, reserva y gran reserva con la mirada fijada en el control y la calidad. Bajo esa premisa nacieron vinos tintos, con roble, potentes, tánicos, corpulentos, excelentes e internacionalmente aclamados. Pero también es cierto que esos tintazos poderosos, con mucha estructura y contundencia, se están quedando atrás y muchas bodegas están ya actualizándose. Sin perder el estilo pero puliéndolo y afinándolo. Hemos comprobado su excelencia en la cata y ahora te lo contamos, pero antes echemos un vistazo a la notable evolución que ha experimentado Ribera del Duero en tan solo 40 años, dando un salto espectacular.
339 bodegas, 100 millones de botellas, cuatro veces más de hectáreas inscritas en la DO… En 2022, Ribera del Duero consolidó en España su segunda posición en tintos (solo por detrás de Rioja) con un crecimiento de 2,2 puntos hasta alcanzar una cuota de mercado del 16,4% (en 2007 era del 7,7%). Y exporta un 18,2% del total de su producción. ‘La exportación se ha convertido en una de las prioridades de Ribera del Duero y un 76% de las bodegas tuvieron actividad exportadora en 2021’, alude la DO.
Cuestión de identidad
Sin duda, una de las claves de esta DO recae en la palabra IDENTIDAD. Una pregunta vital para cualquier región vinícola: ¿Qué representa en la mente de los consumidores? Este es el resultado de la encuesta en la que participaron más de 400 personas, una muestra pequeña pero representativa.
Definición Consumidores sobre Ribera del Duero
Definición Sector Profesional sobre Ribera del Duero
‘Calidad, Excelencia y Potencia’. Esto es lo que vosotros nos transmitisteis winelovers, y estamos de acuerdo. Pero ¿qué piensan los bodegueros y viticultores de la región? En su visión se suma un término más: Tradición.
‘Es complicado imaginarnos pidiendo un Ribera del Duero y bebiendo un tinto ligero y vertical’, dicen algunos bodegueros.
De hecho, no perder la identidad histórica es para las bodegas de lo más significativo. El 70% de los encuestados así lo consideran. Lo mismo piensa la DO. ‘No podemos perder nuestro ADN por un cambio de tendencia del mercado. Lógicamente intentamos adaptarnos mínimamente pero sin alejarnos del estilo ribereño que tan buenos resultados nos ha dado’, expone Enrique Pascual, presidente de la DO, quien asegura que ni ‘tintos frescos y ligeros’ ni ‘clasificación por origen’, es decir, por pueblos, parajes o viñedos como lo están enfocando otras Denominaciones en España es una prioridad para Ribera. Según Pascual, mantener la calidad y potenciar la exportación son los principales retos de futuro. Sin embargo, el 86% de las bodegas encuestadas valoran la clasificación de viñedos (zonificación) como un elemento altamente ‘relevante’ o ‘muy relevante’. También el consumidor. Para él, es el segundo elemento más importante para el futuro de los vinos de la DO Ribera del Duero, solo por detrás de mantener la calidad premium.
‘Tenemos la uva, tenemos el clima y tenemos el patrón. Pocos vinos en el mundo pueden beberse mejor a los 20 años que a los 3 y Ribera es uno de ellos. No vamos a cambiar eso y confundir al consumidor’.
Enrique Pascual. Presidente de la DO Ribera el Duero
‘De Ribera, en los restaurantes, se espera a los clásicos: potencia, calidez, carnosidad y estructura. Nadie espera de un Ribera un vino natural, un vino sin capa o un vino delgado. Para esos otros estilos ya existen otras regiones.
Ana Aleixandre. Sumiller Grupo Tragaluz
Potencia, concentración, con ese aporte de madera… Es lo que me apetece encontrar cuando pido un Ribera del Duero. Construir un estilo y que te reconozcan cuesta mucho de conseguir y Ribera lo ha logrado. Deben modernizar, afinar y suavizar el estilo pero sin desfigurarlo.
Ricardo Herrera. Master of Wine Candidate
Pascual insiste: ‘El trabajo de las bodegas se centra en la palabra ‘EQUILIBRIO’. Equilibrio entre graduación, acidez y tanicidad. ‘El equilibrio perfecto entre esas tres características es lo que permite a nuestros vinos ser longevos‘.
Pero sí, algo está cambiando…
Pese a todo, que algo está cambiando en Ribera del Duero es evidente. Ese crecimiento en número de hectáreas y bodegas supone la aparición de nuevos players que introducen nuevos y renovados estilos. Desde cambios en las crianzas pasando de las barricas de 225 litros a las de 500 litros y cupages con envejecimientos en cemento a bodegas tradicionales que empiezan a elaborar blancos (aceptados en la denominación desde 2009) y claretes (un rosado elaborado con uvas tintas y blancas como si fuera un tinto). Grandes competidores que aterrizan en la región como la riojana CVNE, la murciana Casa Rojo o la familia González Byass, entre otros… Proyectos disruptivos con estilos completamente diferentes y vinos más ligeros, con menos cuerpo, más frescura y menos graduación. Experiencias con raspón en barricas abiertas y vinos enfocados en el gran trabajo en la viña y el terroir, de inspiración más borgoñesa. Por nombrar algunos, Hacienda Solano, Bodega La Loba, Mélida Wines, Bodegas San Cobate… Catamos sus vinos y sí, tienen flow, de trago más fácil pero a la vez, son complejos. Y no es fácil conjugar fluidez con complejidad en Ribera pero ahí están.
También las bodegas tradicionales están actualizando el estilo. Amaia Soto se desplazó hasta Ribera del Duero para constatar la realidad sobre el terreno. Visitó bodegas, habló con productores y cató sus vinos.
El foco en Ribera está hoy en las acideces y en conseguir vinos con más elegancia, más acidez y más mineralidad.
Amaia Soto. Comité de cata Wine is Social
Se puede tener robustez tánica y a la vez tener finura y elegancia. Ese es el gran reto de Ribera del Duero y ese será nuestro gran adalid’
Santi Rivas. Colectivo Decantado
El nuevo Ribera
Al parecer muchas bodegas están experimentando con fechas de vendimia más tempranas, suelos más orgánicos y rendimientos equilibrados precisamente para subir la acidez y elaborar vinos más equilibrados y finos. ‘No se trata de cambiar el rumbo del barco pero si en los 90 lo que llevaba era vinos con mucha potencia, mucho alcohol, mucha madera, mucha musculatura y mucho de todo; hoy la tendencia es hacia vinos más elegantes, sutiles y equilibrados‘, señala Amaia Soto. Afirmación constatada de nuevo en la cata. Arzuaga, Emilio Moro, Viña Pedrosa, Corimbo, Pagos de Anguix, Valtravieso, Valduero sorprendían gratamente a los catadores… ‘No son ese Ribera canónico. Mantienen los matices identitarios de la DO pero hay fruta más fresca, texturas más amables, taninos más suaves, menos calidez y menos concentración’. Sorpresón al destapar el vino ganador de la cata de Riberas. ‘Este Arzuaga Reserva 2019 seguramente es muy diferente al de hace 15 o 20 años. Y eso es la nueva Ribera. Impecable’, apuntaba el enólogo Delfí Sanahuja.
Santi Rivas remataba. ‘Ribera cimentó su reputación en un tipo de vinos que se llevaban en su momento pero que han pasado por una cierta crisis: maderización, extración, solidez, calidez… En su mano está hacer vinos cada vez más abordables. Sin dejar de ser lo que eres, interpretando tu territorio. Y ese es el verdadero reto de las bodegas: hacer tempranillos más delgados, eliminado las aristas, los excesos de extracción, calidez y madera pero que nos permitan reconocer el origen. Nadie pide que cambien radicalmente, como no se lo pedimos a Barolo o Chateauneuf du Pape. Pero no olvidemos que estamos en la época del consumo espectacular y lo que buscamos en un vino es que nos haga disfrutar‘.
En mi familia, los Rioja se ven como el vino tradicional más potente, mientras que los Ribera se ven como la «nueva» alternativa, vinos más sedosos, sobre todo en ese rango mágico de 20/30€, de se encuentran obras de arte.