Hay personas que te hacen querer brindar más a menudo. Marta Clot es una de ellas. Comunicadora, sumiller y divulgadora del vino desde un lenguaje que cualquiera puede entender. Se ha convertido en la influencer con más seguidores de España, toda una referencia entre la nueva generación de amantes del vino. El Match con Wine is Social estaba ya hecho. Ahora, damos un paso más y Marta Clot se convierte en la nueva embajadora oficial del Winelovers Club. Una alianza natural entre dos formas de entender el vino: el disfrute sin prejuicios, la curiosidad por descubrir y la convicción de que el vino es mejor cuando se comparte.

Bienvenida, Marta. Empiezamos por lo obvio: ¿qué significa para ti ser la cara visible del Winelovers Club?

¡Sin duda, es una ilusión enorme! Me hace muchísima ilusión y orgullo a la vez pensar que ahora formo parte (aún más) de un proyecto que siempre he admirado. Para mí significa poder seguir acercando el vino a la gente desde un lugar de disfrute, curiosidad y naturalidad. Me hace feliz ser parte de algo que entiende el vino como lo vivo yo, como algo que se disfruta con amigos, con ganas y con mente abierta.

Tu forma de comunicar el vino ha conectado con un público joven que antes ni se acercaba a una copa. ¿Dónde crees que está el secreto?

Creo que hay varios factores, pero el principal ha sido tener muy claro desde el principio a quién me dirijo: un consumidor no experto que quiere disfrutar del vino sin complicaciones.  
También influye que yo misma pertenezco a esa generación, y comunico el vino como lo siento: con cercanía, con humor y sin tecnicismos innecesarios. Quiero hablar de vino des de una posición cercana, sin hacer sentir al espectador que “no sabe de vino”. Intento hablarle a la gente como le hablaría a una amiga mientras abrimos una botella y supongo que esa naturalidad se nota.

Lo que quiero aportar es mi manera de hablar de vino: fresca, natural, sin complicaciones, pero con mucho respeto por todo el trabajo que hay detrás de cada botella.

Te siguen casi un millón (más de 900k) de personas para aprender, reír o descubrir vinos contigo. ¿Cómo gestionas esa influencia sin perder la naturalidad?

¡La verdad es que nunca imaginé que esto crecería tanto! Empecé compartiendo contenidos que creía que podían ser interesantes y poco a poco, poniendo muchas horas y esfuerzos, la comunidad fue creciendo hasta convertirse en algo enorme. Intento no perder de vista por qué hago esto: porque me encanta el vino y me encanta comunicarlo. La clave, para mí, está en mantener los pies en el suelo, no forzar nada, ser autocrítica, seguir aprendiendo cada día y rodearme de personas que me suman.

Vas a asumir el reto de presentar las experiencias del Club como lo han hecho Amaia Soto, Ferran Centelles, César Cánovas… nombres con mucho recorrido. ¿Cómo te sientes? ¿Qué esperas aportar tú en esta nueva etapa?

¡Madre mía! Es un honor enorme coger el relevo de profesionales a los que admiro tanto. Me siento emocionada, agradecida y también un poco nerviosa, claro. Lo que quiero aportar es mi manera de hablar de vino: fresca, natural, sin complicaciones, pero con mucho respeto por todo el trabajo que hay detrás de cada botella.

¿Qué papel crees que juega la comunidad en la forma de vivir el vino hoy?

Sin duda, un papel fundamental. Ahora más que nunca, el vino se tiene que enfocar como algo social, algo que une y te hace vivir momentos y experiencias compartidas con los tuyos. Las comunidades, ya sea en redes o en clubes como este, permiten compartir, aprender, reírse y emocionarse juntos. Al final, ¡el vino cobra sentido cuando se comparte!

Me encanta ver cómo se están recuperando variedades autóctonas, cómo se apuesta por la viticultura sostenible y cómo cada vez más proyectos, grandes y pequeños, están contando historias auténticas a través de sus vinos.

¿Cómo definirías tu filosofía a la hora de catar?

Para mí, catar es sentir. Observar, oler, probar, dejarse llevar. Intento no obsesionarme con la parte técnica al principio; me gusta disfrutar del vino, entender qué me transmite y luego sí, analizarlo con más calma. Creo que una buena cata combina sensibilidad, curiosidad y humildad. Siempre hay algo nuevo que descubrir en cada vino y eso me parece precioso.

Háblanos de vino. Recomiéndanos algo para una tarde de otoño como la de hoy.

En otoño soy más de blancos con crianza, de esos que tienen un punto de cremosidad y estructura, pero sin perder la acidez ni la frescura. Me encanta esa sensación de vino “maduro”, con textura, que acompaña tan bien el cambio de estación. También me atraen mucho los brisados, con ese toque más profundo y especiado, o incluso algún vino dulce de perfil oxidativo, que tenga esa calidez reconfortante que pide el otoño

Cuéntanos un maridaje poco ortodoxo que te haya sorprendido.

¡Uy! Me encantan los maridajes poco ortodoxos. Uno de mis favoritos es abrirme una bolsa de patatas chips de las buenas y acompañarla con una copa de espumoso con crianza. ¡Es fantástico!
Esa mezcla de sal, grasa y burbujas funciona de maravilla, y además demuestra que no hace falta complicarse para disfrutar de un gran vino.

¿Qué te emociona del vino español ahora mismo?

Me emociona ver tanto talento joven. Gente muy preparada, con curiosidad, con respeto por la tradición, pero sin miedo a innovar. También me encanta ver cómo se están recuperando variedades autóctonas, cómo se apuesta por la viticultura sostenible y cómo cada vez más proyectos, grandes y pequeños, están contando historias auténticas a través de sus vinos.
Siento que el vino español está más vivo y diverso que nunca.

Y la última, versión Wine is Social: si el vino fuera una red social, ¿cuál sería y por qué?

Si el vino fuera una red social, sería más bien una mezcla entre Facebook y LinkedIn porque, aunque no nos guste admitirlo, todavía es un mundo algo serio, con una comunidad más madura y con un lenguaje técnico.  Asimismo, pienso que se está viviendo una transición y esa realidad está cambiando. Cada vez hay más frescura, más ganas de disfrutar y de comunicar el vino de forma cercana. Wine is Social es un claro ejemplo: des de sus inicios ha ayudado a acercar el vino, hacerlo más accesible, divertido. Así que, si dentro de unos años me volvéis a preguntar, espero poder afirmar que el vino ya es una mezcla entre Instagram y Tiktok (hehe).