Álvaro Ribalta MW es el Master of Wine español más reciente (2021). Un Master of Wine es como como un Maestro Jedi del vino, es decir, el rango más alto de conocimiento sobre el universo del Vino. Un pozo de sabiduría, conocimiento y habilidades sobre todas las variedades, regiones, elaboraciones y calidades de todo el mundo. Estuvo en Wine is Social para dirigir el Bootcamp para aspirantes a Master of Wine y le preguntamos qué se siente en el Olimpo del vino.
Lograste el título en 2021. ¿Cómo llega alguien a convertirse en el Maestro Yoda del vino?
Prepararse para obtener el título es una de las experiencias más duras y complejas a las que me he enfrentado. Hay que saberlo todo: origen, variedades, regiones, pueblos, geografía, suelos, clima, elaboraciones, estilos, tipicidades… y hay que analizar, argumentar, justificar cada palabra. Sí, requiere sacrificio, esfuerzo, compromiso y mucha pasión. Yo además no pertenecía al mundo del vino, llegué casi por casualidad. Estudié ingeniería mecánica, me fui a Londres por el idioma y trabajando de camarero descubrí el vino y me apasionó. Ya no hubo marcha atrás… Empiezas y sigues y sigues y sigues… es algo superior a ti. Yo entendí que esa era mi vocación y que tenía que formarme. Empecé con los cursos WSET y ya no pude parar.
Se necesita mucha disciplina, capacidad de estudio, catar mucho y estar constantemente tomando notas, comparando vinos, fijando los sentidos…
Sí, pero no todo el mundo lo consigue. De hecho, que te acepten ya es todo un reto y una vez dentro, solo 1 de cada 10 de los aspirantes lo logran.
Necesitas mucha disciplina, capacidad de estudio, catar mucho y estar constantemente tomando notas, comparando vinos, fijando los sentidos… Yo soy muy metódico, tengo cerebro de ingeniero y me fijé un plan y un hábito de estudio diario: dos horas cada mañana y dos horas cada noche de lunes a viernes, 7 horas los fines de semanas y me reunía constantemente con profesionales (estudiantes, expertos y MW) para estudiar, catar, explorar…
¿Eso durante cuánto tiempo?
Unos dos años, es una carrera de fondo.
Y no solo conseguiste el título de MW (el primero de Cataluña y octavo de España) sino que además te concedieron la distinción Madame Bollinger Medal por excelencia en la prueba de cata. ¿Qué sentiste?
Pues como en toda meta personal: sientes orgullo, satisfacción, emoción, superación… Por un momento estás dentro de un sueño, estás en las nubes. Entras a formar parte de esa gran familia y sientes que te has superado, lo has logrado. Pero el mundo del vino no se para, evoluciona y se amplía cada día y hay que estar actualizado. Así que siempre hay que seguir catando, probando, descubriendo nuevas bodegas, regiones, elaboraciones… La curiosidad es siempre clave si quieres seguir creciendo y desarrollándote.
El que se meta a sacarse el Master of Wine por rentabilidad está muy equivocado. Es mucho más rentable hacer un MBA y el proceso es extremadamente duro. Sin pasión, sin vocación, sin amor al vino… me parece impensable.
Pero supongo que se abren muchas puertas, ¿es rentable hacer un Master of Wine?
El que se meta a sacarse el Master of Wine por rentabilidad está muy equivocado. No es que no le puedas sacar partido, haces muchos contactos en todo el mundo pero, desde una perspectiva estrictamente económica, es mucho más rentable hacer un MBA. Y el proceso es muy extremadamente duro. Sin pasión, sin vocación, sin amor al vino… me parece impensable.
El Maestro Yoda dijo: ‘’Transmite siempre lo que has aprendido”. Supongo que eso es lo que haces en los bootcamps con los futuros aspirantes a MW. ¿Qué les dices? ¿Cómo les preparas?
Lo primero que les digo es que tienen que practicar mucho, que realicen todo tipo de catas: horizontales, verticales, a ciegas y de todo tipo de calidades porque lo importante no es acertar qué vino es o si huele más a fresa o frambuesa, no se trata de un concurso. Lo importante es detectar las evidencias que te permitan explicar un vino: origen, región, técnicas de elaboración, calidad, estilo, gamma, evolución… Y no es nada fácil porque en el examen tendrán que catar 36 vinos a ciegas y en tiempo récord. Así que lo importante es centrarse y gestionar bien el tiempo y eso es lo que practicamos en los bootcamps, reproduciendo la técnica del examen.
Me parece de locura…
Realmente lo es.
¿Y hay competencia entre los aspirantes?
No, para nada. No compiten entre ellos; sólo compiten consigo mismos y con el examen. De hecho, hay mucho apoyo y espíritu colaborativo entre ellos.
En España somos demasiado chovinistas y exaltamos el vino español frente al extranjero de forma desmedida y eso desfigura la realidad.
¿Ser MW ha cambiado tu forma de disfrutar el vino?
Bueno, supongo que sí. Tener más conocimiento, hace que disfrutes más las cosas. Saboreas con los sentidos y con el cerebro. Saber lo que cuesta elaborar un vino en determinadas zonas, hace que le otorgues más valor. Conocer bodegas, productores, catar vinos de todo el mundo, te da perspectiva sobre el sector. Disfrutas no solo del vino sino de todo lo que le rodea y de la propia pasión por el vino.
En Wine is Social intentamos facilitar el lenguaje y el disfrute del vino. ¿Algún consejo para nuestros winelovers?
Que disfruten y que confíen en su intuición. Que no se preocupen tanto en detectar los aromas, sabores y toda esa parafernalia y se centren en el disfrute, en el momento y en el juego que da el abrir una botella, compartirla y beberla hedonísticamente. El vino en sí es pura cultura, como la música o el cine, que se empapen y jueguen con eso: porqué les gusta, de dónde es, qué variedad y estilo, quién lo elabora… debatir sobre eso. Y si quieren aprender más con respecto a la cata, que lo hagan; pero que sepan que para disfrutar del vino, no hace falta. Basta con sentir amor por el vino y dejarse llevar.
¿Qué supone para un país como España contar con más MW?
Creo que eleva la categoría, le da prestigio y nos posiciona como país vitivinícola. Al final, los Masters of Wine somos prescriptores, ayudamos a divulgar la cultura del vino, los productores, las referencias, las regiones… Dentro y fuera de España. Es cierto que España es uno de los grandes países productores y en nuestra mano está ayudar a darle mayor relevancia internacional.
Maestro Yoda, puedes terminar esta frase: ‘al mundo del vino en España le falta…
Perspectiva internacional. Somos demasiado chovinistas y exaltamos el vino español frente al extranjero de forma desmedida y eso desfigura la realidad. Hay buen vino en todo el mundo y tener prescriptores con rigor y perspectiva internacional debe ayudarnos a abordar el futuro.
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