Puede pasar desapercibido, pero es una de las hazañas más importantes de los últimos años a nivel vitícola, a favor del medio ambiente, la salud personal y del viñedo. Hoy en el blog hablamos de las variedades resistentes y sus pioneros en nuestro país, la apuesta por la sostenibilidad y el medio ambiente.

¿COMO SE HA LLEGADO HASTA AQUÍ?

Uno de los problemas a los que se enfrentan l@s viticultor@s cada año son las enfermedades fúngicas. Este dolor de cabeza aumenta desde que el viñedo brota hasta que se vendimian los racimos. Existen diversos hongos que pueden ser muy perjudiciales para la vid, y en consecuencia para la calidad y sanidad de la uva. Entre las más importantes encontramos el Mildiu, Oídio y la Botrytis. Los dos primeros, de origen americano, llegaron con la filoxera y desde entonces conviven con los viñedos europeos, causando grandes desastres y pérdidas para este sector. Por su parte, se tiene constancia de la Botrytis desde principios de siglo XVII.

¿COMO ACTÚAN ESTOS HONGOS?

Mildiu (Plasmopara Viticola): Su actividad se inicia en primavera, coincidiendo con el ciclo de la vid. En sus condiciones óptimas (lluvia y temperatura de más de 10ºC) es capaz de atacar a toda la parte verde de la planta, afectando directa o indirectamente a los racimos. No es hasta entrado otoño que cesa su actividad y empieza su fase de reposo.

Oídio (Uncinula Necator): Después de su reposo en las yemas y sarmientos de la planta, en la primavera despierta para atacar a cualquier parte verde. Al contrario que el Mildiu, las lluvias abundantes frenan su desarrollo. Por esa razón, las bodegas pueden intuir que tipo de hongo puede desarrollarse dependiendo de las condiciones meteorológicas, pudiendo actuar acorde con ello.

Podredumbre Gris (Botrytis Cinerea): Este hongo nos puede sonar de los maravillosos vinos dulces que se elaboran en diversos sitios, como los Tojaj y el Sauternes. Pero no os dejéis engañar, en estos casos hablamos de excepciones, donde el hongo no es maligno para la uva ni el vino final, por ciertas causas. Por lo general, la aparición en un viñedo de la Botrytis cinerea, es alarmante, ya que puede llegar a secar todas las uvas y acabar con el trabajo antes de tiempo.

La preocupación es tan grande que en muchas zonas vinícolas se premia a la primera persona que identifique un brote infectado por cualquiera de estos hongos, avisando así a otras bodegas para actuar con tiempo.

Plantación de variedades autóctonas

SOLUCIÓN

La solución más implantada ante estos ataques son los fungicidas. Existen los preventivos, aplicados antes de una posible reproducción del hongo, y los curativos, utilizados a posteriori.

Pero, cada vez más, las bodegas están dando más pasos a favor de un tratamiento ecológico y respetuoso con el medio ambiente. Por esta razón, diversos personajes del mundo del vino han buscado alternativas a la aplicación de tratamientos químicos. Una de estas personas es Josep Maria Albet i Noya, de la bodega Albet i Noya, situada en el corazón de la DO Penedès. En el año 1998 descubre las variedades resistentes, a través de los ejemplares alemanes, pioneros en esta práctica, y decide plantar ejemplares en sus viñedos

QUE SON LAS VARIEDADES RESISTENTES

Pero espera un momento… ¿Qué son las variedades resistentes?

Son un tipo de cepas que a partir de un cruzamiento con diferentes especias de vitis han conseguido una resistencia natural a las enfermedades fúngicas antes comentadas. La filosofía consiste en trabajar de la mano de la naturaleza en lugar de combatirla y aplicarle productos no beneficiosos para ella.

ANTECEDENTES HISTORICOS

Tras la aparición de estas enfermedades, los países afectados se dieron cuenta que las especies de vitis americana eran resistentes a todas ellas. En consecuencia, además de encontrar una solución para la plaga de la filoxera, injertando vitis americana en las variedades autóctonas de cada territorio, también encontraron en esta especie una solución para los hongos. Cruzando las dos plantas conseguían una mayor resistencia. Los primeros experimentos dieron muy buen resultado, aunque por otra parte, perdían cierta calidad. Poco a poco, se fue perfeccionando hasta conseguir una infinidad de variedades resistentes que mantienen las características de la uva autóctona. El resultado de este cruce se conoce como PIWI, iniciales en alemán de la palabra casi innombrable “pilzwiderstandsfähig”, que significa “resistente a los hongos”.

Proceso de creación de las variedades resistentes

¿COMO SE CRUZAN DOS VARIEDADES?

Seguro que te estarás preguntando cómo realizan los cruces entre variedades. Para entender bien este proceso es necesario comprender parte del ciclo de la vid. En una de las primeras etapas, la floración, se da la autopolinización. Es aquí donde, introduciendo el polen de una variedad en el pistilo de la otra, se consigue la unión de ambas. Aunque parezca sencillo y rápido, este proceso suele tardar más de un año en estar listo para evaluar su calidad y rendimiento.

BENEFICIOS

Además de dar menos dolores de cabeza a las personas que trabajan en el viñedo, son muchos los beneficios que se obtienen con la adopción de las variedades resistentes. Se reducen de forma considerable los tratamientos en la viña, como el cobre y el azufre y como consecuencia la emisión de CO2, la utilización de la maquinaria y la compactación del suelo. Así pues, los amantes del vino también salimos ganando, porque bebemos vinos más sanos y limpios.

Racimos de variedades resistentes

PROYECTO ALBET I NOYA

¿Os acordáis de Albet i Noya, la bodega pionera en nuestro país en desarrollo de las variedades resistentes? Siempre han tenido claro que el camino hacia la sostenibilidad debía partir de las variedades autóctonas. Tras un duro trabajo, con más de 300.000 cruces, analizaron los que más mantenían las características de sus variedades. De aquí han obtenido un total de 400 ejemplares, con los que se quieren quedar con 12. Otras bodegas como Alta Alella se han sumado al carro y han compartido conocimientos y proyectos. En 2020, una añada en que el Mildiu tuvo una afectación histórica en el Penedès, se perdieron muchos Kg de racimos en toda la comarca. El viñedo experimental situado en Albet i Noya, se demostró que las variedades resistentes son una buena alternativa en un futuro a corto plazo. Este hecho, que quizás pasó desapercibido, ha sido una prueba de fuego a todo este proyecto que ha dado sentido al esfuerzo de tantos años. Hay otras bodegas que han decidido hacer frente al cambio climático plantando viñedos en zonas más frescas y altas, pero en Albet i Noya parece que han dado en el clavo con esta técnica.

PROYECTO VRIAACC

El proyecto que iniciaron es VRIAACC, acrónimo de Varietats Resistents i Autòctones Adaptades al Canvi Climàtic. Las verdaderas protagonistas, las variedades autóctonas como la Xarel·lo, Macabeu y la Parellada, se juntan con otras variedades ya resistentes, para crear una de nueva con lo mejor de las dos. Además, hay otros beneficios que afectan directamente a la viña como la resistencia al cambio climático, como la sequía o las maduraciones primerizas.

Existen muchos ejemplos de variedades resistentes con las que se elaboran vinos. En Alemania, Suiza y Austria es muy común encontrarlas, hasta tal punto que hay un concurso dedicado únicamente a esta tipología

Después de este recorrido por lo que tiende a ser las variedades y vinos del futuro, solo nos falta servirnos una copa y disfrutar de los grandes ejemplos que tenemos a nuestro alcance. 

¡Salud y mucho vino!